miércoles, 20 de octubre de 2010

Sentimos ternura hacia los diversos seres con los cuales nos sentimos tan unidos, que somos poco menos que capaces de ponernos en su lugar y experimentar en nuestro propio "yo" su estado interior.

La ternura es una actitud afectiva interior y no se limita a las manifestaciones externas, que pueden ser puramente convencionales. Por el contrario, siempre es individual, interior e íntima, rehuye las miradas, por
lo menos hasta cierto punto, es púdica.
No puede manifestarse libremente más que respecto de aquellos que la comprenden y sienten.